Este bar se encuentra en el centro de Murcia, al ladito de las tascas. Ideal para comer algo y luego ir a beber hasta vomitar todo lo anteriormente ingerido + los chupitos últimos. Total que antes de beber como un pato fui a probar su marinera:
Buen tamaño, ni pequeña ni grande. Al lío: la textura de la ensaladilla era suave (¡bien!) y, aun que se notaban los tropezones que eran más gordos de lo habitual, no destacaba ningún ingrediente. Lleva huevo picado (¡bien otra vez!) y pimiento, está buena. La rosquilla está dentro del grupo de las que son geniales, también conocidas como rosquillas fetén. La anchoa ni buena ni mala, sin pena ni gloria, ni orgullo ni vergüenza.
En conjunto funciona muy bien y la recomiendo, tengo apuntado en mi fantástico bloc de notas, y cito textualmente, "está buena, 7.5 de puntuación". Nada mal como podéis observar.
Fui al baño y aun que no tengo foto, estaba limpio, había papel y jabón y lo único perturbador, quizás, es que te pueden poner el pestillo desde fuera y quedarte encerrada para siempre o hasta que alguien se mee/cague y el otro esté ocupado.
El precio de la marinera es de 2.50 euros.
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